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ANÁLISIS

Me gustaría, desde mi humilde y libre opinión, hacer un pequeño balance de lo positivo y negativo de esta pasada Semana Santa 2014 y pido disculpas de antemano a quienes se sientan un tanto ofendidos, porque no es mi intención y desde el más absoluto de los respetos.

En relación a los pregones, felicitar a las personas que han tenido la valentía de ponerse delante de un estrado compartiendo con nosotros sus vivencias y sus sentimientos. Lo que no me parece del todo lógico es esa manía de mezclar churras con merinas y meter en un pregón, ya sea juvenil, oficial o alguna exaltación, a tanta Hermandad de Gloria con sus característicos instrumentos. Yo todavía no he visto en ningún pregón de gloria a un tambor o corneta tocando una marcha de Semana Santa y creo que hay que saber distinguir a lo que estamos pregonando. Yo, personalmente, he dado los pregones del Carmen y de nuestra Patrona La Inmaculada Concepción y no se me ha ocurrido llevar a la Banda de Santa Bárbara o la Municipal, por ejemplo, a que me toque Silencio Blanco o Rocío, porque creo que no era ni el momento ni el lugar. Por lo demás agradezco la voluntad y el empeño de los pregoneros y exaltadores por darlo todo con lo difícil que es verso solo ante tantas personas.

Otra triste realidad, después de los sacrificios que han hecho algunas queridas Hermandades, es lo solas que se han visto, sobre todo el Lunes y Martes Santo,  por el empeño que han cogido nuestros hermanos cofrades por irse a diversas poblaciones de nuestra región dejando de la mano de Dios a estos otros hermanos que por intentar evitar ese parón que existía antiguamente se llevaron no pocos disgustos e incomprensiones. Me parece una total falta de respeto de quienes, luego, son los mismos que se rasgan las vestiduras y matan por “su” Semana Santa de una manera, que se me antoja, hipócrita. Creo que el nivel de nuestra envidiada Semana Santa es lo suficientemente alto para no tener que irse lejos de nuestro pueblo y más aún cuando tenemos tanta variedad y maneras de poner una Hermandad en la calle que demuestra el alto nivel de responsabilidad de quienes tienen el difícil cometido de organizar una Estación de Penitencia.

Deberíamos apoyar más a nuestra Semana Mayor que tanto sacrificio cuesta mantener, lo mismo que hacen en otras poblaciones de nuestra Comarca y más sabiendo la falta de costaleros que existe en La Línea, y sentirse honrado de sacar a nuestros Benditos Titulares por esta Jerusalem del Sur que es nuestra población y no irse a cientos de Kilómetros cuando allí sabemos que no tienen este grave problema.

Recapacitemos y hagamos que La Línea entera siga sintiéndose orgullosa de lo que tenemos y sentimos.

 

 

Eduardo J. González Gómez de la Mata

Eduardo González Gómez de la Mata

Cofrade y cristiano comprometido, amante de la Semana Santa y de todo lo que a ella la rodea, pregonero, exaltador, costalero, capataz, Hermano Mayor de su Cofradía de la Esperanza, formó parte de la junta permanente del Consejo Local de Hermandades y Cofradías

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