COMO PASAN LOS AÑOS

¡Cómo pasan los años!

La otra noche asistí al primer ensayo del paso del Señor de Las Penas, titular de mi Hermandad de los Dolores, y se me acercó un chaval muy jovencito, y me pidió que le ayudara a hacerse el costal que perteneció a su abuelo y que éste fue costalero de la Esperanza en el tiempo en que fui su capataz.

En ese mismo instante me embargó un sentimiento de orgullo pero a la vez de nostalgia porque eso demostraba que ya habían pasado muchos años desde que uno comenzó su andadura cofrade allá por los albores de los años 80 del pasado siglo.

Al ver a tanta juventud comprometida haciéndose su “ropa”, fajándose de manera cuasi profesional, hablando de costales de doble trama o una trama, me di cuenta que algo de culpa de que esos muchachos estuvieran allí, la tenemos los que dimos ese primer gran paso para poner a nuestra Semana Santa en el lugar que hoy ocupa.

Sembramos en tierra desconocida y ahora recogemos sus frutos y eso significa que, al margen de todos los errores de principiante que cometimos, esa semilla cayó en terreno fértil y eso me enorgullece.

Me encanta cuando les hablas de tus “batallitas” y ves en sus caras que desean seguir escuchando nuestros comienzos y así se dan cuenta de que para nosotros no fue un camino fácil y que su situación es más ventajosa porque mucha de esa andadura ya está realizada y que cuentan con una base de la que la mayoría de nosotros carecíamos: abuelos, padres y hermanos que aportan sus experiencias en este mundo y que le servirá de lección en sus primeros pasos cofrades.

Ahora toca pulir a esos diamantes en bruto que son nuestros jóvenes para que sepan respetar y darle su sitio a quienes en su día les facilitaron el poder estar en la actual situación y que sean capaces de tomar las riendas que nosotros tomamos un día de nuestros mayores.

Que seamos un referente y no un obstáculo para sus aspiraciones porque todos remamos hacia la misma dirección.

                                               Eduardo J. González Gómez de la Mata