Sobre las 8:30 de la muy temprana mañana dominical, los primeros rayos del alba asomaban por los torreones de la Parroquia de San Bernardo Abad a la espera de ver a la Esperanza por las calles de su barrio.
Estamos en Mayo, el mes de María y como de costumbre por estas fechas la Hermandad del Viernes Santo de Amor y Esperanza celebró su Solemne Rosario de la Aurora.
Antes de dar comienzo y acompañar a la Reina de San Bernardo por las calles de su barrio, su Director Espiritual el Reverendo Padre D. José Antonio Capurro daba la bienvenida a todos los fieles que iban a ser participes en este Rosario de la Aurora, dejando muy claro que todas las oraciones irían por los más necesitados y castigados por la difícil situación por la que atraviesan un gran número de familias, en estos tiempos que corren.
Una vez ejercidas las oraciones dentro del templo, María Santísima de la Esperanza asomaba por el portalón para rezar por su barrio acompañada por un gran número de fieles, portada a hombros en parihuela por costaleros de la Hermandad, miembros de su Junta de Gobierno y cuerpo de capataces de su paso de Palio.
Calle Gaucín despedía a la Virgen de la Esperanza que se adentraba en las calles del barrio buscando la Avenida Menéndez y Pelayo para subir la rampa del Hospital hasta su entrada principal para hacer una de sus letanías por todos los enfermos que allí se encuentran.
Del Hospital, a la Plaza de María Santísima de la Esperanza que en presencia de esta busca la Residencia de Ancianos para 
presentarse ante ella, al igual que se hizo con la visita al centro hospitalario.
De nuevo la Virgen regresa a las calles de su barrio, siempre bajo la solemnidad de los rezos impartidos por el Párroco y seguidos por los fieles, encabezados por la Junta de Gobierno con la presencia de su Hermana Mayor Doña Monica Gómez Moya y una nutrida presencia del Grupo Joven de la Hermandad que junto con los feligreses no quisieron de dejar en acompañar a la Virgen en sus rezos por las calles de su barrio.
En un recorrido esta año algo más extenso de lo habitual y tras unos 45 minutos de duración, la Esperanza volvía a su calle Gaucín para regresar a su Templo, donde se iba a celebrar la Santa Misa, no antes sin realizar la tradicional convivencia de un desayuno tal como había anunciado la junta de gobierno, de chocolate con churros a los que estaban invitados los participantes.
Una vez finalizada la convivencia se procedería a la celebración de la Eucaristía oficiada por su Director Espiritual.
Un año mas estuvimos con María Santísima de la Esperanza y la acompañamos es sus rezos por las calles de San Bernardo y de los que quisimos ser testigos a través de nuestras imágenes.
Textos y Galería de Imágenes: Jesús Asencio Pérez.
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