La Hermandad de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder y María Santísima Reina de los Ángeles como cada Viernes de Dolores y cumpliendo su tradición de muchos años atrás, justamente a la finalización de la Santa Misa que dio comienzo a las 19:30 horas se iba a disponer a celebrar el traslado del Señor a su Casa-Hermandad donde aguarda el misterio que procesionara por las calles linenses la noche del Jueves Santo.
Una vez finalizada la misa, eran muchos los fieles-devotos y hermanos que se congregaban en el interior del Santuario donde dicha Hermandad reside canónicamente para minutos después comenzar con el traslado del Señor que seria portado en parihuela por miembros de su cuadrilla de costaleros y algún que otro hermano.
Pasadas las 20:30 horas de la tarde-noche de este pasado Viernes 22 de Marzo, se presentaba a puertas del Santuario la Cruz Parroquial y dos ciriales portados por miembros de su Grupo Joven y Junta de Gobierno, todo ello abriendo cortejo seguido por la comitiva que presidía su Hermano Mayor y Vice-Hermana Mayor, acompañados estos por su Director Espiritual el Reverendo Padre D. Juan Valenzuela, delante de su Sagrado Titular que iba portado en parihuela cargado por sus propios hermanos como mencionamos anteriormente y que cerraría la comitiva un buen número de fieles-devotos que quisieron acompañar al Señor hasta el mismísimo interior de su Casa-Hermandad.
Justamente cuando el Señor se encontraba a mediados de la misma plaza de la Iglesia, debido a las malas inclemencias meteorológicas que acompañaban una oscura tarde, se dejaban ver algunas tímidas gotas de agua obligando a dicho cortejo a realizar su traslado de una forma algo mas rápida de lo normal, pero en ningún momento sin restar protagonismo a la solemnidad con la que se estaba llevando a cabo dicho traslado, a pesar de algún que otro ciudadano se atrevía tímidamente a abrir algún que otro paraguas.
Una vez llegado a la Calle Méndez Núñez donde aguardaba el paso del Señor del Gran Poder y una vez ya la Sagrada Imagen resguardada de la fina lluvia que empezaba a apretar, su Director Espiritual pedía a todos los allí presentes una oración para que esta estación de penitencia fuera de lo mas llevadera posible y pudiera celebrarse con total normalidad.
Por ultimo decir que el Señor vestido para la ocasión, lucia su túnica de salida y potencias, donde a sus pies era exornado por una piña de claveles rojos y morados, en una parihuela que era iluminada por cuatro guardabrisas.
A pesar del mal tiempo, pasaron unos minutos antes de que se cerraran las puertas de su Hermandad, ya que eran muchos los fieles los que querían ver al Señor a los pies de su paso de misterio.
Textos y Fotografías: Jesús Asencio Pérez.
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