AROMAS

AROMAS

Hoy, Domingo, he visto y olido los primeros brotes de azahar e, irremediablemente, la primavera, ya cercana, se ha asomado a mi corazón inquieto abriendo de par en par la ventana de las sensaciones. Para un cofrade, la estación que se nos avecina, es parte primordial e intrínseca de nuestra Pasión. Porque decir Semana Santa en Andalucía, es decir Primavera en su más extenso significado de aromas  y colores.

Se nos inundan las calles de flores recién abiertas que colman de perfume nuestra pituitaria y hasta el carácter experimenta un cambio radical de actitud. Hemos pasado por un invierno frío y desapacible en todos los sentidos, tanto climatológico como social, debido a la situación que vive el mundo en general y nuestro país en particular. Pero, a pesar de todo, nos sentimos más aliviados, más positivos, más receptivos ante lo que se nos avecina, que no es poco.

En breves días recorreremos nuestros Templos para visitar, una a una, a nuestras Hermandades y disfrutaremos, y nos sorprenderemos, y gozaremos como niños pequeños de nuestras Benditas Imágenes que serán quienes colmen de bendiciones  a nuestro pueblo que tanta falta le hace. Llevaremos de la mano a nuestros hijos y nietos para que disfruten de la contemplación de tan bellas e ilustradoras iconografías que son nuestros pasos y en sus caras se reflejará ese gesto de sorpresa seguido de un ¡Oh! de admiración.

Pero todo no va a ser un camino de rosas sino que, además, debemos de ponernos el mono de faena y echar una mano a nuestras corporaciones ya sea limpiando metales, cosiendo túnicas, poniendo flores o apoyando a la Hermandad en la calle controlando el tráfico, cortando accesos para que todo salga a pedir de boca y podamos disfrutar, sin contratiempos, de nuestra Estación de Penitencia. Ya el año pasado lo pudimos ver y este debemos de seguir con ese compromiso que, seguro, redundará en el buen desarrollo de nuestra semana más esperada. ¡ Nos vemos en la calle Si Dios quiere!

                            Eduardo J. González Gómez de la Mata