Pulsa ESC para cerrar

Jesús ha Resucitado ¡Aleluya! ¡Aleluya!

La Resurrección de Jesucristo es el hecho mas importante de la historia de la salvación, a la vez es el acontecimiento mas decisivo de la existencia de Jesús. Siendo el punto principal en la vida y creencias de un cristiano.La Resurrección de Jesucristo esta recogida y narrada en los cuatro evangelios de los apóstoles, Jesús resucito de entre los muertos al Tercer Día de su muerte en la Cruz.

Evangelio Marcos:

Pasado el sábado, María Magdalena, María la de Santiago y Salomé compraron aromas para ir a embalsamarle.
Y muy de madrugada, el primer día de la semana, a la salida del sol, van al sepulcro. Se decían unas otras: «¿Quién nos retirará la piedra de la puerta del sepulcro?»
Y levantando los ojos ven que la piedra estaba ya retirada; y eso que era muy grande.
Y entrando en el sepulcro vieron a un joven sentado en el lado derecho, vestido con una túnica blanca, y se asustaron. Pero él les dice: «No os asustéis. Buscáis a Jesús de Nazaret, el Crucificado; ha resucitado, no está aquí. Ved el lugar donde le pusieron.
Pero id a decir a sus discípulos y a Pedro que irá delante de vosotros a Galilea; allí le veréis, como os dijo.»
Ellas salieron huyendo del sepulcro, pues un gran temblor y espanto se había apoderado de ellas, y no dijeron nada a nadie porque tenían miedo…
Jesús resucitó en la madrugada, el primer día de la semana, y se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado siete demonios. Ella fue a comunicar la noticia a los que habían vivido con él, que estaban tristes y llorosos.
Ellos, al oír que vivía y que había sido visto por ella, no creyeron.
Después de esto, se apareció, bajo otra figura, a dos de ellos cuando iban de camino a una aldea.
Ellos volvieron a comunicárselo a los demás; pero tampoco creyeron a éstos.
Por último, estando a la mesa los once discípulos, se les apareció y les echó en cara su incredulidad y su dureza de corazón, por no haber creído a quienes le habían visto resucitado. Y les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación.
El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará.
Estas son las señales que acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas, agarrarán serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien.»
Con esto, el Señor Jesús, después de hablarles, fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios. Ellos salieron a predicar por todas partes, colaborando el Señor con ellos y confirmando la Palabra con las señales que la acompañaban.

Evangelio San Mateo:

Pasado el sábado, al alborear el primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron
a ver el sepulcro.
De pronto se produjo un gran terremoto, pues el Angel del Señor bajó del cielo y, acercándose,
hizo rodar la piedra y se sentó encima de ella. Su aspecto era como el relámpago y su vestido blanco como la nieve.
Los guardias, atemorizados ante él, se pusieron a temblar y se quedaron como muertos.
El Angel se dirigió a las mujeres y les dijo: «Vosotras no temáis, pues sé que buscáis a Jesús, el
Crucificado;  no está aquí, ha resucitado, como lo había dicho. Venid, ved el lugar donde estaba.
Y ahora id enseguida a decir a sus discípulos: «Ha resucitado de entre los muertos e irá delante de
vosotros a Galilea; allí le veréis.» Ya os lo he dicho.»
Ellas partieron a toda prisa del sepulcro, con miedo y gran gozo, y corrieron a dar la noticia a sus
discípulos.
En esto, Jesús les salió al encuentro y les dijo: «¡Dios os guarde!» Y ellas, acercándose, se asieron
de sus pies y le adoraron.
Entonces les dice Jesús: «No temáis. Id, avisad a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me
verán.»
Mientras ellas iban, algunos de la guardia fueron a la ciudad a contar a los sumos sacerdotes
todo lo que había pasado.
Estos, reunidos con los ancianos, celebraron consejo y dieron una buena suma de dinero a los
soldados, advirtiéndoles: «Decid: «Sus discípulos vinieron de noche y le robaron mientras nosotros
dormíamos.»
Y si la cosa llega a oídos del procurador, nosotros le convenceremos y os evitaremos
complicaciones.»
Ellos tomaron el dinero y procedieron según las instrucciones recibidas. Y se corrió esa versión
entre los judíos, hasta el día de hoy.
Por su parte, los once discípulos marcharon a Galilea, al monte que Jesús les había indicado.
Y al verle le adoraron; algunos sin embargo dudaron.
Jesús se acercó a ellos y les habló así: «Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra.
Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y
del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros
todos los días hasta el fin del mundo.»

Evangelio de Lucas:

El primer día de la semana, muy de mañana, fueron al sepulcro llevando los aromas que habían preparado.
Pero encontraron que la piedra había sido retirada del sepulcro,y entraron, pero no hallaron el cuerpo del Señor Jesús.
No sabían que pensar de esto, cuando se presentaron ante ellas dos hombres con vestidos resplandecientes.
Como ellas temiesen e inclinasen el rostro a tierra, les dijeron: «¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo?
No está aquí, ha resucitado. Recordad cómo os habló cuando estaba todavía en Galilea, diciendo:
«Es necesario que el Hijo del hombre sea entregado en manos de los pecadores y sea crucificado, y al tercer día resucite. «»
Y ellas recordaron sus palabras.
Regresando del sepulcro, anunciaron todas estas cosas a los Once y a todos los demás.
 Las que decían estas cosas a los apóstoles eran María Magdalena, Juana y María la de Santiago y las demás que estaban con ellas.
Pero todas estas palabras les parecían como desatinos y no les creían.
Pedro se levantó y corrió al sepulcro. Se inclinó, pero sólo vio las vendas y se volvió a su casa, asombrado por lo sucedido.
Aquel mismo día iban dos de ellos a un pueblo llamado Emaús, que distaba sesenta estadios de Jerusalén,y conversaban entre sí sobre todo lo que había pasado.
Y sucedió que, mientras ellos conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó y siguió con ellos;pero sus ojos estaban retenidos para que no le conocieran.El les dijo: «¿De qué discutís entre vosotros mientras vais andando?» Ellos se pararon con aire entristecido.
Uno de ellos llamado Cleofás le respondió: «¿Eres tú el único residente en Jerusalén que no sabe las cosas que estos días han pasado en ella?»
 El les dijo: «¿Qué cosas?» Ellos le dijeron: «Lo de Jesús el Nazoreo, que fue un profeta poderoso en obras y palabras delante de Dios y de todo el pueblo;cómo nuestros sumos sacerdotes y magistrados le condenaron a muerte y le crucificaron.
Nosotros esperábamos que sería él el que iba a librar a Israel; pero, con todas estas cosas, llevamos ya tres días desde que esto pasó.
El caso es que algunas mujeres de las nuestras nos han sobresaltado, porque fueron de madrugada al sepulcro y, al no hallar su cuerpo, vinieron diciendo que hasta habían visto una aparición de ángeles, que decían que él vivía.
Fueron también algunos de los nuestros al sepulcro y lo hallaron tal como las mujeres habían dicho, pero a él no le vieron.»
El les dijo: «¡Oh insensatos y tardos de corazón para creer todo lo que dijeron los profetas!
¿No era necesario que el Cristo padeciera eso y entrara así en su gloria?»
Y, empezando por Moisés y continuando por todos los profetas, les explicó lo que había sobre él en todas las Escrituras.
Al acercarse al pueblo a donde iban, él hizo ademán de seguir adelante.
Pero ellos le forzaron diciéndole: «Quédate con nosotros, porque atardece y el día ya ha declinado.» Y entró a quedarse con ellos.
Y sucedió que, cuando se puso a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando.
Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron, pero él desapareció de su lado.
Se dijeron uno a otro: «¿No estaba ardiendo nuestro corazón dentro de nosotros cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?»
Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén y encontraron reunidos a los Once y a los que estaban con ellos,que decían: «¡Es verdad! ¡El Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón!»
Ellos, por su parte, contaron lo que había pasado en el camino y cómo le habían conocido en la fracción del pan.
Estaban hablando de estas cosas, cuando él se presentó en medio de ellos y les dijo: «La paz con vosotros.»
Sobresaltados y asustados, creían ver un espíritu.
Pero él les dijo: «¿Por qué os turbáis, y por qué se suscitan dudas en vuestro corazón?
Mirad mis manos y mis pies; soy yo mismo. Palpadme y ved que un espíritu no tiene carne y huesos como véis que yo tengo.»
Y, diciendo esto, los mostró las manos y los pies.
Como ellos no acabasen de creerlo a causa de la alegría y estuviesen asombrados, les dijo: «¿Tenéis aquí algo de comer?»
Ellos le ofrecieron parte de un pez asado.
Lo tomó y comió delante de ellos.
Después les dijo: «Estas son aquellas palabras mías que os hablé cuando todavía estaba con vosotros: «Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos acerca de mí.»»
Y, entonces, abrió sus inteligencias para que comprendieran las Escrituras,y les dijo: «Así está escrito que el Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos al tercer día y se predicara en su nombre la conversión para perdón de los pecados a todas las naciones, empezando desde Jerusalén.
Vosotros sois testigos de estas cosas.
«Mirad, y voy a enviar sobre vosotros la Promesa de mi Padre. Por vuestra parte permaneced en la ciudad hasta que seáis revestidos de poder desde lo alto.»
Los sacó hasta cerca de Betania y, alzando sus manos, los bendijo.
Y sucedió que, mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al cielo.
Ellos, después de postrarse ante él, se volvieron a Jerusalén con gran gozo,y estaban siempre en el Templo bendiciendo a Dios.

Evangelio de Juan:

El primer día de la semana va María Magdalena de madrugada al sepulcro cuando todavía estaba oscuro, y ve la piedra quitada del sepulcro.
Echa a correr y llega donde Simón Pedro y donde el otro discípulo a quien Jesús quería y les dice: «Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto.»
Salieron Pedro y el otro discípulo, y se encaminaron al sepulcro.
Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió por delante más rápido que Pedro, y llegó primero al sepulcro. Se inclinó y vio las vendas en el suelo; pero no entró.
Llega también Simón Pedro siguiéndole, entra en el sepulcro y ve las vendas en el suelo,y el sudario que cubrió su cabeza, no junto a las vendas, sino plegado en un lugar aparte.
Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado el primero al sepulcro; vio y creyó,pues hasta entonces no habían comprendido que según la Escritura Jesús debía resucitar de entre los muertos.
Los discípulos, entonces, volvieron a casa. Estaba María junto al sepulcro fuera llorando. Y mientras lloraba se inclinó hacia el sepulcro, y ve dos ángeles de blanco, sentados donde había estado el cuerpo de Jesús, uno a la cabecera y otro a los pies.
Dícenle ellos: «Mujer, ¿por qué lloras?» Ella les respondió: «Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto.»
Dicho esto, se volvió y vio a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús.
Le dice Jesús: «Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?» Ella, pensando que era el encargado del huerto, le dice: «Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo me lo llevaré.» Jesús le dice: «María.» Ella se vuelve y le dice en hebreo: «Rabbuní» – que quiere decir: «Maestro» -.
Dícele Jesús: «No me toques, que todavía no he subido al Padre. Pero vete donde mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios.»
Fue María Magdalena y dijo a los discípulos que había visto al Señor y que había dicho estas palabras.
Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estando cerradas, por miedo a los judíos, las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: «La paz con vosotros.» Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron de ver al Señor.
Jesús les dijo otra vez: «La paz con vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío.»
Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo.
A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.»
Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor.» Pero él les contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos y no meto mi dedo en el agujero de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré.»
Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro y Tomás con ellos. Se presentó Jesús en medio estando las puertas cerradas, y dijo: «La paz con vosotros.»
Luego dice a Tomás: «Acerca aquí tu dedo y mira mis manos; trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo sino creyente.» 

 Tomás le contestó: «Señor mío y Dios mío.»
 Dícele Jesús: «Porque me has visto has creído. Dichosos los que no han visto y han creído.»
Jesús realizó en presencia de los discípulos otras muchas señales que no están escritas en este libro.
Estas han sido escritas para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre.

La Linea Cofrade

Un 8 de diciembre de 2008 nace el portal www.lalineacofrade.com, coincidiendo con la Festividad de Nuestra Patrona y Alcaldesa Perpetua, la Inmaculada Concepción, con el fin de llevar toda la información sobre las Hermandades y Cofradías linenses, Penitencia, Sacramentales y de Gloria, siendo un punto de unión entre todos los que amamos este mundo.

Deja una respuesta

@Katen on Instagram
Este mensaje de error solo es visible para los administradores de WordPress

Error: No se ha encontrado ningún feed con el ID 1.

Por favor, ve a la página de ajustes de Instagram Feed para crear un feed.